miércoles, 13 de febrero de 2013

¿SOY INÚTIL?

Vivimos tiempos agitados. Desafección política e institucional, desconfianza en el sistema, remesas anuales de jóvenes con dificultades para encontrar empleo y oleadas de adultos que superan los 45 y se ven con la misma problemática que los anteriores pero con 25 años más.

Ayer me decía una amiga: "Me sobra tiempo, me levanto y no tengo nada que hacer". Su comentario me hizo reflexionar sobre la importancia de sentirse útil. Apartamos y aparcamos a la gente; el joven por joven, el viejo por viejo, el parado por parado, el lento por lento y el amo de casa por amo casa. Todos quedan fuera del círculo. Y cuanto más tiempo pasa más difícil resulta que vuelvan a entrar.

En mi opinión no es una cuestión de empleo, es una cuestión de ocupación.

Vivimos en sociedad (y en suciedad que dirían algunos) y como tal necesitamos saber que formamos parte de algo más grande que nosotros mismos. Sentirse útil genera una mayor autoestima, mejora la salud y previene la soledad y la depresión. Las personas con una ocupación que consideran útil, superan con más éxito la rupturas amorosas, se enfrentan mejor a los problemas que puedan surgir e incluso llevan mejor la enfermedad y el duelo por la muerte.
Es una necesidad intrínseca al ser humano y que en definitiva nos hace más felices.

Dándole vueltas a esta idea y extrapolándola a dimensiones más globales; he llegado a la conclusión de que, si nos hace felices sentirnos útiles, nuestra manera más rápida de llegar al nirvana sería hacer sentir necesarias y útiles a todas las personas con las que entramos en contacto. Como diría el otro: "No dar el pez, sino la caña".

La idea que aporte una persona joven será inexperta pero también puede ser fresca e innovadora.
La actividad que realice una persona vieja será menos enérgica pero también puede ser reflexiva y paciente.
El tiempo de un parado no será remunerado pero puede ser de gran utilidad y dedicación a nivel social.
...


Sin embargo, nos obcecamos con que el máximo exponente de la utilidad es el hombre blanco, sano, de entre 35 y 45 años y en pleno apogeo profesional.

Tú no estás en ese grupo. Por mujer, o joven, o viejo, o gordo, o negro, o ciego.

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